El poder de los Co, parte I
Hubo una época en la que conocí una actitud ejecutiva que luego vería replicar en distintos modelos de negocios, en diferentes lugares y desde variadas fuentes.
En el Marketing Digital y especialmente en el Marketing de Contenidos esta modalidad, una forma de enfrentar el desarrollo profesional diario como un eslogan corporativo, es un imprescindible a considerar.
Además es fácil darle vueltas, aprenderse las palabras, repetirlas en el pensamiento en un momento que crees perdido. Hay muchas formas de jugar con ellas.
Voy al poder de los términos que empiezan C-O. Por lenguaje, ese inicio nos dice que se trata de una acción conjunta, veremos su lectura uno por uno.
Cooperar: Es una de las palabras referentes desde el internet 2.0. Cooperar significa entender que tu aporte ayuda a que la suma de las partes sea más que el total, a que el crecimiento de todos abarca más que el singular. Habla de una forma de llevar la rutina y dejar el egoísmo como una fortaleza pasada.
Compartir: Hoy el compartir es el motor de nuestras interacciones en el mundo digital y virtual. Las redes sociales han llevado el concepto a su máxima expresión en el que el compartir no significa perder, sino que es sinónimo de posibilidades.
Conocer: Aunque es una palabra común, hay que llevarla siempre en el pensamiento. Para vender, debes conocer a tu cliente. Para escribir, debes conocer a tu lector. Es menester, se haga lo que se haga, conocer el lado B de la historia.
Corazón: En el fútbol cuando un jugador se comporta en el extremo demasiado profesional les llaman pecho frío. Estos jugadores evitan el roce, su mente está en no dañarse y no en los objetivos del equipo. Los pecho frío en las empresas son los que hacen las cosas porque tienen que, pero son incapaces de ver la utilidad en ello.
Convicción: Los emprendedores, todos y cada uno de ellos, aseguran que el pilar fundamental para poder llevar tu negocio al éxito es la convicción. Incluso en una conferencia le escuché a un tipo reconocer su inexperiencia e ineptitud para formar su negocio mientras contaba con una sonrisa distendida, que fue su seguridad y desplante lo que suplía sus falencias.
¡Exito!
¡Gracias por tu lectura!
